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sábado, 6 de febrero de 2010

LA ESFINGE

Se creía que la Esfinge era un monstruo femenino al que se le atribuía rostro de mujer; pecho, patas, y cola de león; y además tenía alas como un ave de rapiña
Se supone, en ciertas versiones que es hija de Equidna y Ortro, que pertenecía a Geriones , y que fue asesinado por Heracles (conocido como Hercules en la mitoogia romana). En otras variantes es hija de Tifón (hijo menor de Gea y Tártaro).

Algunas tradiciones menores atribuían la paternidad de la Esfinge al rey de Tebas, Layo (padre de Edipo) o al beocio Ucalegonte

Hera envía a la Esfinge a Tebas, para castigar a la ciudad por el amor culpable que sentía Layo por Crisipo, hijo de Pélope (se cree que esta fue la primera relación homosexual).

Así la Esfinge se estableció en una de las montañas al oeste de Tebas, y desde allí devoraba a todos los seres humanos que estuvieran a su alcance y atormentaba al país.

Antes de comerse a los viajeros, les imponía acertijos imposibles de resolver, con la condición de que si los respondían, no los devoraría. Todos fallaban en la difícil empresa, hasta que llegó Edipo.

El enigma más común de la Esfinge era: ¿Cual es el ser que anda primero con cuatro, luego con dos, y después con tres patas y que se vuelve más débil según tenga más patas? Pero había otro que hacía también muy a menudo y era: Hay dos hermanas una de las cuales engendra a la otra, y ésta a su vez engendra a la primera.


Según Aristófanes el gramático, estas habrían sido las palabras con que Edipo respondió a la Esfinge:

Escucha, aun cuando no quieras, Musa de mal agüero de los muertos, mi voz, que es el fin de tu locura. Te has referido al hombre, que cuando se arrastra por tierra, al principio, nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su bastón como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez.

La respuesta al segundo acertijo son el día y la noche, pues el día en griego es femenino

Según Higinio, al escuchar la respuesta de Edipo, la Esfinge saltó desde el monte, que era su guarida, en busca de la muerte. Apolodoro afirma que no saltó desde un monte, sino desde la acrópolis de Tebas. Hay otros, como Eurípides, que señalan que no saltó, sino que fue el propio Edipo quien le arrojó montaña abajo.



Esculturas de Esfinges:


Esfinge situada en la escalinata de entrada al Museo Arqueológico Nacional (Madrid).


Esfinge situada en el Paseo del Borne (Mallorca)